domingo, 16 de mayo de 2010

Vermouth Bicentenario

Ya fue. Sin necesidad de realizar un análisis etimológico de la frase, podemos decir rápidamente que hace referencia a un hecho que pasó, cuya fugacidad requiere de poco esfuerzo para abandonar las preocupaciones por su partida y a la vez, implica una especie de resignación por parte de aquél que la pronuncia ante un final inesperado.
La aparición de Tiempo Argentino, el diario comandado por Roberto Caballero –quien supo regalar columnas en la gacetilla de prensa con forma de diario del gobierno kirchnerista-, me dejó un sabor amargo, mezcla de todas esas cosas que implica decir “ya fue”.

Aunque, debo confesar que no esperaba más de lo que el diario es. ¿Y qué es Tiempo Argentino? Fútbol y Patria, parafraseando el conocido libro de un declarado intelectual peronista. En el corazón del diario y formando parte de la sección deportes, Eduardo Galeano, nos habla de fútbol: la selección uruguaya, Tévez, la ausencia de Riquelme y la estafa de la que fue víctima su amigo Cappa, cuando dirigía a Huracán. La Sole asegurando que su bebé será “bien argentino” y la actriz Florencia Peña descubriendo su amor patriótico en un “soy argentina y me encanta” que bien podría leerse como soy argentina y me la banco: a puro fútbol. Una página completa para la actriz revelación de Son de Diez, contando sus experiencias teatrales en Uruguay, de manera tal que hablar de Galeano y Mujica, se vuelva una obviedad. Los ataques setentistas al imperialismo yankee, la felicidad por el voto no negativo de Mujica para que Néstor Kirchner se convierta en el mandamás de Unasur y naturaleza obliga, como querellante del Fútbol para Todos, resumen el contenido de su intervención como cronista.

Por su parte, Víctor Hugo Morales, en una espléndida columna en Deportes sobre un final de campeonato, que a esta hora sabemos que quedó en manos de … parece una broma: Argentinos. Sin duda, uno de los pocos que esperaba para leer y que Caballero se encargó de vestir con el traje que lo vuelve más inofensivo: el del fútbol. Llega el mundial, conviene recordar el relato de Maradona a los ingleses en su voz inigualable, su trabajo en Competencias y los mundiales relatados por Continental. El pueblo quiere al Víctor Hugo futbolero.

Además, un primer número bien latino. Con Estados Unidos “en retirada” –le hicieron decir eso a Mujica entre tantas otras cosas interesantes que se pueden rescatar de la entrevista-, un Galeano omnipresente, y la reivindicación de Milagro Sala y los aborígenes a los que se les devolverán sus tierras; restaba condecorar a Ricardo Darín como el Robert De Niro “latino”. Sí, el actor protagonista de El secreto de sus ojos, ganadora de un Oscar a la mejor película extranjera en la última edición del tradicional premio al cine.

En resumen, un número digno para comenzar con los festejos por el Bicentenario, recordándonos también que faltan sólo unos días para el mundial de fútbol. Asimismo, para que no olvidemos la lucha por una América latina unida. El mismo Bernardo Stamateas se encarga de ello en la contratapa, invitándonos a alcanzar nuestros deseos, sin caer en la “depresión blanca”.

Por último, un guiño cómplice al gobierno: una clase media que sufre de estrés y depresión, el éxito de la Asignación Universal por Hijo y la presentación del libro de Verbitsky, edecán de los Kirchner en uno de sus medios proselitistas: Página 12. Si cayeron las ventas de este matutino, han encontrado otra manera de hablarnos.

Si la aparición de medios como Tiempo Argentino significa democratizar la información, defender la libertad de expresión y cumplir con las promesas de una ley de medios por el momento inaplicable; es mejor comenzar de nuevo. Es inútil denunciar entre líneas “la irrealidad que nos inunda a nosotros desde el monopolio mediático”. La buena onda de 6,7,8 y las noticias que “gracias al nuevo diario se pueden leer” forman parte de una retórica que extrema sus recursos para, no “mentir o deformar” la realidad, sino simplemente persuadir a quienes los eligen. Posiblemente esté yo realizando un ejercicio parecido en este momento, pero no es para mí cuestionable: digno es aceptar que es parte del juego.

Un día que amagaba con cumplir con el fallido pronóstico de lluvia para el sábado, fue testigo a puro sol, del nacimiento de Tiempo Argentino. Imposible que haya sido de otra forma: el día del Vermouth del Bicentenario, no podía ser menos que peronista.