¿Por qué utilizamos las mismas formas de referirnos a las cosas que aquellos con los que no estamos de acuerdo?
¿Por qué haciendo eso nos olvidamos que lo importante está en las cosas que realmente son necesarias? ¿Acaso hablar del monopolio público o estatal nos dice algo sobre cómo hacer para que no sean posibles?
¿Por qué ser independiente es algo bueno o malo, según la vereda en la que estemos parados?
¿Por qué caemos una y otra vez en la misma trampa: discutir cuestiones generales que pocos entienden? ¿Será que de esa forma las necesidades de los ciudadanos siguen sin atenderse y nadie tiene elementos para atacarnos?
2 comentarios:
Muy interesantes tus preguntas Gastón, parece que la discusión de cosas generales que pocos entienden nos exime de varias cosas, para algunos es una trampa; para otros es justamente el camino para lograr que se desdibujen las necesidades de los ciudadanos; para otros muchos un remedio ineficaz contra la impotencia que produce el observar día tras día que justamente las necesidades de los ciudadanos no son más que una pieza de retórica, casi casi una construcción.
Ana, gracias por tu comentario. Es bueno saber que hay amigos que también ven justo intervenir allí donde los sueños de la ciudadanía "hablan", para tomarlos y (como ciudadanos o políticos, según el caso) planificar la manera de alcanzarlos. Saludos!
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