jueves, 23 de septiembre de 2010

¿Los animales son los gorilas?


"Tomamos el nombre vertido por el enemigo y lo usamos como idea fuerza”. Con esta frase, definió Hank Soriano –creador del blog Negros de Mierda- el por qué del nombre del blog ultra kirchnerista.
Desde hace unas semanas visito blogs amigos en los que compañeros-fans de lo popular-kirchneristas (CFK) desfilan dejando tras sus pasos incoherencia, falta de argumentos y resentimiento hacia todos aquellos que definen (hasta el hartazgo) como "gorilas". En definitiva, todo aquello que les huele a no peronismo. La carencia de ideas para justificar lo que dicen, queda también de manifiesto en la adjetivación de sus "enemigos".
Pienso que el pueblo no es otra cosa que un bien (simbólico) que se disputa en el campo político y filosófico. Son los intelectuales o los políticos abocados a “tratarlo”, los que lo llenan de contenido. Y para formar parte de ese “pueblo” hay que decir: “aquí estamos, somos los negros, el carnaval, la diversión” (recuperando al humor como el  último bastión de la cultura popular).
Pero quiénes han dicho que eso es o no popular sino aquellos que sindicaron al pueblo como autónomo, con poder, cultura, obligaciones, derechos, "deseos" y alegría propios. Quién ha sido en nuestro país sino Perón y Evita. Quién ha definido la lengua popular sino alguien que, no perteneciendo al pueblo, se sintió gustoso de llamarlo así.
Tomar el nombre vertido por el enemigo es afirmar aquello que distingue al pueblo para resistir. Resistencia bien acotada. Buscar refinamiento para ocultarse en la manada es no resistir.
Entonces, ¿cómo se resiste? Según Bourdieu: “es una contradicción indisoluble (…) está inscripta en la lógica misma de la dominación simbólica, no quieren admitirla las personas que hablan de “cultura popular”[1].  
Los CFK que hablan de cultura popular reducen todo al antagonismo laclauniano, vaciando “lo popular” de sentido. Mejor dicho, dándole sentido a un vacío que poco importa: el de la categoría "pueblo". Sin embargo, nada dice sobre el origen de lo popular, de lo que es a mí entender el problema.
Michel de Certeau se preguntó alguna vez si existe la cultura popular fuera del gesto que la suprime. Es decir, si es posible hablar de lo popular si no es a través de las categorías que De Certeau define como dominantes y que postulan a lo popular como un tesoro que vale la pena recuperar o guardar como las joyas de la abuela.
¿Es necesario buscar nuevas formas de nombrar al pueblo? Posiblemente, de soñar alguna vez un pueblo, decidiera llamarse de otra forma. Dudo que “negros de mierda” pueda ser una buena opción.




[1] Bourdieu, P.: Cosas dichas, Los usos del pueblo, Editorial Gedisa, pag. 156.

2 comentarios:

Gabriel Palumbo dijo...

Amigo Vega, hace un buen tiempo que creo en el kirchnerismo como una marca cultural, publiqué hoy en mi blog algo al respecto. Lo que escribís es justo, los K necesitan recrear una suerte de estética negativa que les sirve sólo a ellos a los efectos de su confrontación. No es una búsqueda de nombrar al pueblo (que se puede discutir, pero es un propósito de cierta nobleza) es una manera de nombrar al enemigo. Por eso es una cultura, porque no puede verse sólo como política pública sino que merece una visión más amplia, más civilizatoria, para el lado de los tomates, pero civilizatoria al fin.

Gastón Vega dijo...

Es posible que no busquen un nombre para el "pueblo"; porque para ello deberían tener algunas ideas y no las tienen. Aunque creo que al darle un nombre a su "cultura k" (estoy recuperando tu comentario), hacen algo parecido. Lo que comparto enteramente es que para decirse "negros de mierda" primero dejan bien clarito que existe un enemigo. Y es allí donde entiendo, se pierde la fuerza de la pretendida resistencia. Sí, creo que lo ven como una forma de resistir.
Gracias por tu visita, como siempre.